¿Quién no ha deseado alguna vez habitar el cielo? Los Blue metallic son el aliado ideal para convertir un edificio en una creación icónica: su tonalidad azul celeste realza la silueta de la obra recortándola contra el firmamento e integrándola en la naturaleza, mientras que su fina textura granulada aporta calor y habitabilidad, al tiempo que multiplica sus posibilidades estéticas.
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