El gris es un color incierto, como de montaña lejana, decía el escritor Thomas Mann. Su aparente quietud no debe engañar a quien lo contempla, pues es capaz de generar los mismos afectos que el resto de tonos. Es lo que ocurre con las fachadas recubiertas por los paneles Anthracite grey. Quizá destaque de ellas su rotundidad fría, pero en su núcleo albergan toda la calidez necesaria para crear espacios tan cómodos como habitables.
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