Noticias Oculus New York, la estación monumento al 11-S El 11 de septiembre de 2001 ocurrió uno de los eventos que cambiaron la historia reciente. El atentado terrorista contra el World Trace Center conmocionó a todo el mundo occidental y desembocó en guerras e inestabilidad política a nivel global. Sobre aquellos escombros hoy nos encontramos con el Oculus New York Debido a los ataques, la estación del World Trace Center, que conectaba New Jersey y Manhattan, quedó totalmente destruida e inservible. En 2004, el arquitecto Santiago Calatrava mostró un diseño para una nueva estación, que vería la luz en 2016: el Oculus New York Su construcción, como veremos, no estuvo exenta de polémica, pero el resultado, y en esto estaremos de acuerdo, es espectacular. Acompáñanos en esta historia en la que conoceremos las vicisitudes del proyecto, su construcción, estructura y simbología, además de los servicios de la nueva estación. ¿Dónde está? El Oculus New York se erige sobre la anterior estación del World Trace Center, en plena zona financiera de Manhattan. Se trata de una de las estaciones más importantes de Nueva York. Se calcula que su volumen de usuarios está sobre los 250.000 pasajeros diarios. Como veremos, el edificio está dividido en tres partes, a saber: The Oculus New YorkWorld Trade Center Transportation Hub, que es la estación subterránea, en la que confluyen varias líneas de metro y el tren que va a New JerseyWestfield World Trace Center, el centro comercial, en el que se reúnen algunas de las tiendas más reconocidas a nivel mundial Servicios Como acabamos de ver, bajo el Oculus New York nos encontramos con una de las estaciones más concurridas de la ciudad, además de un enorme recinto comercial. En el World Trade Center Transportation se encuentran 11 líneas de metro, además de contar con acceso a los ferrys que cruzan el río Hudson, río que parte la ciudad de Nueva York dejando Manhattan a un lado. Por otra parte, tenemos el Westfield World Trade Center, que cuenta con un área comercial de casi 343000 m2 y cuya construcción comenzó en 2007. Actualmente, dispone de más de 80 tiendas de reconocidas marcas. En definitiva, bajo el Oculus New York nos encontramos con toda una infraestructura comercial y de transporte con un volumen de usuarios enorme. El proyecto Oculus New York, que se ideó con la intención de crear una nueva estación moderna y luminosa, tiene un diseño elíptico con un largo de 107 m y un ancho que alcanza los 35 m. Nos encontramos con una estructura dividida en varias plantas que incluyen vestíbulos y entreplantas y que profundizan hasta 10 metros por debajo del nivel de la calle. Fue en 2004 cuando se entregó el primer diseño de un proyecto que no se inauguraría, y por partes, hasta 12 años después, con unas dimensiones totales construidas de 74.000 m2. Materiales Para el diseño y construcción de la estación se optó por el acero y el vidrio. Piezas de gran tamaño y peso que necesitaron de grúas especiales y miles de horas de trabajo. Además, en su interior nos encontramos con mármol, paneles metálicos y, por supuesto, hormigón. Libre de columnas internas, las enormes piezas de acero, que tuvieron que ser transportadas en barco, fueron repartidas y colocadas en su interior tras los trabajos de cimentación. La controversia, el gasto que se multiplica y los problemas Sin embargo, el proyecto no se escapó de la polémica. Primero, porque los costes se duplicaron; segundo, por el retraso de las obras; y tercero, porque poco después de su inauguración, el edificio se llenó de goteras. Como veníamos comentando, el proyecto se inició en 2005. El edificio, diseñado por el arquitecto español Santiago Calatrava y perteneciente a la Autoridad Portuaria de Nueva York y Nueva Jersey. Con un presupuesto inicial de 2.000 millones de dólares, los costes de la obra se dispararon hasta 4.500 millones, además de acumular un retraso de 7 años en comparación con la estimación inicial. Por si esto fuera poco, el huracán Sandy, que azotó a la ciudad de Nueva York en 2012, inundó la obra, por aquel entonces en construcción, con más de 750 millones de litros de agua que tuvieron que ser sacados para poder continuar con el proyecto. Finalmente, en 2016, una vez inaugurado el Oculus New York, y tras varios días de lluvias intensas, aparecieron numerosas goteras que empaparon el piso. El arquitecto. Santiago Calatrava Santiago Calatrava es uno de los arquitectos españoles más reconocidos a nivel mundial. Formado entre España, Francia y Suiza, sus obras son ampliamente conocidas por su monumentalidad, arriesgadas formas y uso de la luz. Actualmente, cuenta con oficinas en diferentes lugares del mundo, como Nueva York, Zúrich o Doha, y ha sido premiado en numerosas ocasiones, además de ejercer la docencia durante sus primeros años de carrera. Para el diseño del Oculus New York, Calatrava pensó en la imagen de un pájaro alzando el vuelo desde la mano de un niño. Una forma de representar la esperanza y el renacimiento y darle a una estación el carácter simbólico de una obra trascendental. Un monumento a la tragedia y la esperanza Santiago Calatrava buscó con su diseño condensar en un único edificio el tributo a las víctimas del atentado y un homenaje a la paz, de ahí su idea de una paloma blanca naciendo de las manos de un niño. Como veremos en su estructura, el uso de la luz y el tragaluz, de 73 x 6 metros, que se abre cada 11 de septiembre, contribuyen a reforzar la imagen de un edificio dedicado al resurgir y la esperanza. Estructura Sobre unos cimientos de hormigón que requirieron de varias excavaciones se encuentran las numerosas vigas de acero, repartidas a lo largo de la estructura y coronadas con dos arcos de 106,8 metros que atraviesan el eje central del proyecto. Es entre estos dos arcos donde se encuentra el famoso óculo, que se abre cada año el día 11 de septiembre a las 10:28 AM para dejar entrar la luz directamente sobre el eje central de la estación World Trade Center Transportation Hub. El Oculus, como tal, se compone de nervios de acero curvados pintados de blanco. Libre de columnas internas, el vidrio se combina con los nervios de acero y se extienden hasta crear dos miradores al norte y al sur de la plaza. Este uso de la luz se aprovecha de la pequeña inclinación con que ha sido construido el edificio para crear un camino iluminado que simboliza el comienzo de la reconstrucción de la zona. “La luz del sol atraviesa el centro y este ‘Camino de Luz’ se alinea con el eje longitudinal del Oculus, simbolizando el fin de la tragedia del 11 de septiembre y el comienzo de la reconstrucción”Santiago Calatrava Interior y exterior, una mirada al tragaluz Como hemos visto, la estructura exterior y la interior forman un todo. En concreto, las vigas de acero contribuyen a la monumentalidad de la estación y la zona comercial. Ambas caras, la interior y la exterior, adquieren un nuevo significado una vez que se abre el tragaluz situado entre las vigas centrales. Interior, un sentido de lo cósmico En el interior del Oculus New York nos encontramos con un enorme espacio blanco, abierto, cuyas proporciones empequeñecen al pasajero entre las enormes vigas de acero. La iluminada sala principal destaca por su minimalismo arquitectónico, así como por recibir la luz procedente del tragaluz, que proyecta una larga franja iluminada sobre el suelo de la estación. “Un sentido de lo cósmico” en palabras del arquitecto. Exterior El exterior de la obra es casi tan impresionante como su interior, y resalta sobre los grandes edificios circundantes debido a su curiosa estructura formada por dos alas de más de 100 metros compuestas por acero y vidrio. La idea del arquitecto en su diseño fue que la pieza ejerciera de vínculo humanizador entre la escala del peatón que se acerca a la estación y la de los gigantescos edificios cercanos. Si nos detenemos a observar el edificio veremos inconfundiblemente el estilo de su arquitecto, así como su intención de diseñar un edificio de tipo civil cuya función sea disfrutada y perdure en el tiempo. 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