Hace ya un siglo que se inventó el anodizado como forma para dotar a las piezas de aluminio de mayor solidez y durabilidad. Pese al paso del tiempo, el producto con esta apariencia sigue sugiriendo fiabilidad y, a la vez, sensibilidad con la estética moderna. ¿Por qué no aplicarlo a la fachada de un edificio?

Y, como ocurre en todas las gamas de STACBOND, el secreto está por dentro. Fruto de la última tecnología en el desarrollo de materiales de construcción, los paneles ofrecen al constructor una enorme facilidad para instalar e imaginar formas; y al usuario final, la fórmula perfecta para reducir costes gracias a la eficiencia energética que confieren a las fachadas sobre las que se aplican.